En querer protegerte constantemente del sufrimiento dejas de vivir
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En querer protegerte constantemente del sufrimiento dejas de vivir

Sufrir es inevitable, en querer protegerme del sufrimiento, dejo de vivir la vida

Cuando mi mamá falleció hace ya casi 9 años atrás, lo único que pensaba en ese entonces era en el enorme sufrimiento que estaba sintiendo al ver que ella agonizaba lentamente producto del cáncer que tenía, meses antes de su muerte, ella insistía que habláramos de ese momento, el día que partiría, quería hablarme de su muerte, quería prepararme para ese fatídico día,

yo me negaba constantemente a hablar de ese tema, porque no concebía la idea de que ella se fuera y me dejara aquí en esta vida sola, me daba terror enfrentarme así tan de cerca a la muerte, sobre todo si es la muerte de alguien al cual amas mucho,

por tiempo insistió en el tema y mi mente no lograba aceptar la gravedad de la situación, porque siempre vi a mi madre como una mujer tan fuerte y luchadora, le había ganado al cáncer anteriormente y había salido victoriosa de tantas batallas, para mí la muerte era un tema tan lejano que jamás rondo siquiera mis pensamientos.

En querer protegerme ante ese dolor inminente y rehusarme a escucharla lo que tenía para decirme,

me perdí la oportunidad de disfrutarla, de disfrutar esos últimos meses que le quedaban, me bloqueé tanto, que solo me centré en mi propio sufrimiento, y no escuché todo lo que tenía ella para decirme,

porque tenía mucho miedo de aceptar que ya no estaría más, ese año en el que estuvo agonizando, la vi sufrir con sus dolores y al mismo tiempo sentía que ese dolor traspasaba y desgarraba mi alma, ni siquiera la morfina le ayudaba a apalear los terribles dolores que sentía, fué un año muy difícil, tremendamente angustioso.

Me rehusé a despedirme de ella, me rehusé a darle un último abrazo, un último beso, a decirle por última vez todo lo que la amaba y lo agradecida que estaba de todos sus cuidados y todo ese amor incondicional que me entregó,

cuando quise hacerlo ya era demasiado tarde…

Me cegué ante la idea de perderla, en vez de aprovechar sus últimos momentos a su lado dándole todo el amor del mundo, dejé que el sufrimiento que era inminente que pasaría, pero yo no aceptaba, me arrebatara la posibilidad de haberme despedido de ella y haberle dicho todo lo que la amaba y todo lo importante que era ella para mí …

en vez de abrazarla más, besarla más, y estar ahí más para ella, mi mente se bloqueó tanto que no aproveche esos últimos meses con otra actitud, dándole más tranquilidad y contención, estuve mucho tiempo culpándome por eso, pero al día de hoy ya no me juzgo, porque todos tenemos reacciones distintas ante los momentos difíciles, y de eso aprendemos finalmente.

Lo que quiero transmitirles es que si evitamos constantemente el sufrimiento o no lo aceptamos como tal, nos perdemos de cosas importantes y maravillosas que en algunas situaciones resultan ser las últimas como en mi caso.

Hay que aprender a valorar y vivir al máximo cada momento que tengamos en nuestra vida, porque ese quizás podría ser el último, y por miedo a pasarlo mal, por miedo a aceptar que tu vida cambiará y enfrentarnos cara a cara ante el dolor, se nos va la oportunidad de hacer y decir muchas cosas que llevamos guardadas dentro y así también de disfrutar esos momentos que no volverán jamás…

Me cuesta mucho trabajo hasta el día de hoy hablar de la muerte de mi madre, a pesar de todo el tiempo que ya ha pasado, aun lloro cuando hablo de ella, incluso a veces siento mucha culpa por no haberle expresado en vida todo lo que la amaba, pero eso lo dejaré para otro post, en donde les contaré lo duro que es sobrellevar la muerte de un ser querido …

La vida es tan linda, pero a la vez tan amarga,

trae consigo tanto dolor y sufrimiento que no tenemos el control de poder evitarlo, las cosas suceden y es inevitable sufrir muchas veces a lo largo de nuestra existencia, por distintas razones

es por eso que lejos de querer constantemente protegernos ante el sufrimiento, deberíamos saber que la única forma de no sufrir es no viviendo, es no existiendo.

Todos llevamos consigo un gran dolor o muchos, y pese a eso una gran parte de personas han sido capaces de rearmarse a pesar de todo ese sufrimiento que vienen cargando en sus hombros y en su alma, pero siguen ahí, siguen de pie, siguen pensando que la vida es eso, una montaña rusa, que muchas veces te puedes encontrar ahí en lo más alto, pero hay momentos en que caemos, nos duele y con el tiempo volvemos a levantarnos.

El evitar enamorarse para no sufrir

Una de las cosas que se da hoy en día es el hecho de no involucrarse más allá con alguien, involucrar sentimientos, por el miedo que da sufrir y salir lastimado, y resulta ser que muchas veces las personas terminan enamorándose igual y sufriendo igual,

pero reprimirse por el miedo constante que se tiene de sufrir, es ir por la vida viendo el peligro en todos lados, y en esa actitud de protección y armadura que te colocas dejas de vivir plenamente la vida, no la disfrutas, y no vives el momento, el presente.

Sí mal que mal sabemos que nada es eterno, somos seres finitos, y así como moriremos algún día, las relaciones de pareja, de amistad, de familia, también tienen su fecha de caducidad, y en querer que eso sea eterno perdemos lo maravilloso de vivir el presente, de valorar y gozar de lo que si tenemos ahora.

Desde el día que murió mi mamá hubo un antes y un después en mi vida,

Esa experiencia me hizo crecer, me hizo entender lo importante que es valorar cada momento, en entender que el sufrimiento es inevitable, pero cada uno lo podría hacer más llevadero si diera todo de sí en vida por las personas que amamos,

es decir, amar sin reprimirnos, sin vergüenzas, que dijéramos más veces lo que sentimos, abriéramos nuestro corazón a las personas que queremos porque así nuestro sufrimiento después cuando esa relación terminara por cualquier motivo,

no sería tan amarga, la podríamos llevar de mejor manera, porque supimos entregar todo lo que teníamos, y expresar todo lo que sentíamos, lo veríamos como un proceso más de esta vida, y no una carga aún más pesada y dolorosa.

Enamorarse es una de las cosas más lindas que puede sentir alguien,

Amar con todo el corazón es algo hermoso, es algo que te mantiene viva, que te mantiene vibrante, si el otro no sabe valorar nuestro amor entonces no es nuestro problema, y deberíamos sentirnos tranquilos por todo lo que damos y entregamos en la relación, por que sin duda marcaremos las vidas de esas personas,

dejaremos huellas en ellas, e incluso nos haremos inolvidables, porque es muy difícil encontrar en estos tiempos amores verdaderos, sanos y recíprocos, cada día el amor se vuelve aún más desechable y preferimos dejar de creer por el miedo que nos da sufrir, así es que muchas veces guardamos todo lo que somos y olvidamos nuestras emociones y sentimientos.

A más y más cosas les vamos teniendo miedo a medida que va pasando el tiempo y perdemos las ganas de vivir, se nos olvida que nuestro tiempo es limitado en esta vida y que depende de nosotros haber sacado el mejor provecho posible, haber tenido una buena estadía en este mundo,

de todas formas, experimentaremos dolor a lo largo de la vida y por mucho que tratemos de evitarlo será imposible del todo, vivir consiste en eso, y entre más rápido lo sepamos, más rápido empezaremos a volver a sentir y vivir intensamente con la responsabilidad que eso implica.

Mientras más intentamos colocarnos a la defensiva contra el mundo, más sufriremos

Sentir de forma excesiva que no podemos confiar en nadie, que todos son malos, o que a la vuelta de la esquina encontraremos peligro, no es vivir, es una tortura innecesaria, ya que tu preocupación exagerada por evitarte el dolor o el sufrimiento te hará perderte de increíbles momentos, mientras tanto las cosas que tengan que pasar sucederán de igual forma.

La preocupación no ayuda en nada, solo empeora la situación, cuidarse de forma consiente claro que ayuda, hacerse responsable de uno mismo claro que es necesario y hay que hacerlo, pero a lo que me refiero es a la exageración en esta protección o barrera que muchos nos hemos colocado para no sufrir,

se deja de vivir la vida por el miedo que causa que alguien o algo nos lastime, poner nuestra vida en manos del miedo constante es lo mismo que darle el poder a un tercero de que haga y deshaga con nosotros.

No busques el sufrimiento, pero si llega acéptalo

No se trata de ir buscando sufrir por aquí y por allá, y ponerte un letrero en la cara diciendo: » Aquí estoy, quiero sufrir», no, nada de eso, si sabemos perfectamente que cosas nos causaran daño si o si, seria muchísimo más sensato y sano retirarse de esa situación, no exponerse innecesariamente,

pero si el sufrimiento es inevitable, y no es buscado de forma activa, entonces acéptalo como tal.

Y si bien el sufrimiento tiene beneficios tales como cultivar la compasión la sabiduría y la empatía no se trata de que quieras meterte en problemas para buscar activamente sentirte mal, pero si llega a ti sin buscarlo, acéptalo y aprende de ello.

La primera de las cuatro verdades que dijo Buda es la verdad acerca del sufrimiento, una verdad que se puede rechazar o aceptar como algo inevitable de nuestra condición de humanos, y es que cuando se aprende a aceptar, incluso a abrazar las experiencias difíciles, el sufrimiento se convierte en una herramienta para crecer.

Muchas veces el sufrimiento lo crea nuestra mente y es ella la que nos hace sufrir innecesariamente

Como nos pasa a los que tenemos ansiedad, por ejemplo, existe un autosabotaje constante para que no hagamos ciertas cosas por miedo a los síntomas, por miedo al dolor, por miedo a sufrir, a sentirnos mal y en este caso es importante exponerse lo más posible a aquellas situaciones que nos generen malestar, ya que en este caso será la única forma que el miedo alguna vez se disipe definitivamente.

Hay sufrimientos que la propia mente los crea, hay cosas incluso que nos las inventamos y nuestra mente las refuerza mediante pensamientos catastróficos, sin saber que la realidad es otra, muchas veces se vive un dolor en nuestra propia cabeza y eso es aún más difícil, ya que el peor enemigo que podemos tener en nuestra vida, y el que más nos puede hacer daño somos nosotros mismos.

Pero sí tienes que saber, que ahí si tenemos el control, poder enseñar a nuestra mente que deje de autosabotearnos es responsabilidad nuestra, ya bastante sufrimiento y dolor hay allá afuera en el mundo, como para que más encima dejemos que nuestra mente nos destruya, en ese caso tenemos que hacernos cargo de nuestra salud emocional y empezar a trabajar en ella.

Seamos conscientes que la vida es un constante aprendizaje, y que cada uno es dueño de seguir viviéndola con miedo o no, nosotros al fin y al cabo somos los que decidimos como vivirla, como queremos que sea nuestro paso por este mundo,

la vida es difícil,

pero muchas veces uno mismo se la termina complicando aún más, con tanta negatividad, con el miedo constante a sufrir, en eso se nos esfuman los momentos, no le damos la oportunidad a que la vida nos sorprenda, no nos damos la oportunidad a nosotros mismos a ser felices a pesar de todo lo que ello involucra: amar, disfrutar, crecer, sufrir, fracasar, experimentar, aprender y seguir avanzando,

no nos sigamos negando esa posibilidad de amar con locura, de expresar todo aquello que llevamos guardando tanto tiempo, de disfrutar sin miedo y vergüenza por lo que pueda pensar o decir el resto, cuesta tanto trabajo valorar lo lindo que es vivir,

sin embargo, siempre nos enfocamos en las cosas negativas sin saber que un día la vida de una u otra manera se encarga de enseñarnos a valorarla de verdad, aprendamos de nuestras caídas y comencemos a disfrutar de aquello que tenemos, aprender de aquello que nos duele y transformarlo en combustible para seguir avanzando en este camino maravilloso llamado vida.

Hasta la próxima mis queridos lectores 😀

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